El huracán Alex obliga a limitar las tareas por el derrame de petróleo

Alex, el primer huracán de la temporada, obligó a la petrolera BP a limitar las tareas para contener el derrame petrolero en el Golfo de México, mientras el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, soportó reproches en su visita a los Estados afectados.

Después de dejar al menos 11 muertos en América Central y México, la tormenta Alex se convirtió el martes en el primer huracán de la temporada 2010 en el Atlántico, informó el Centro estadounidense de Huracanes.
"Los vientos máximos sostenidos son de cerca de 120 km/h, con rachas más fuertes", indicó el NHC, en su más reciente informe.

El huracán categoría 1 se dirigía hacia el oeste y, si mantiene esa dirección, evitará la zona del desastre petrolero.

Sin embargo, los vientos y el oleaje detuvieron las operaciones de limpieza y podrían trasladar parte de la marea negra a la zona costera.

"Parte de las operaciones de recuperación del petróleo en la superficie del agua no puede desarrollarse cuando el mar está bravo", justificó por su lado un portavoz de BP, Robert Wine.

Además, los guardacostas indicaron que olas de dos metros y vientos de 40km/h perturbaban la recuperación y quema del petróleo que flota en la superficie.

"Los vuelos para esparcir diluyentes siguen, pero el petróleo no es quemado ni recuperado en la superficie", dijo a AFP una fuente de los guardacostas.

La situación también obligó a aplazar el inicio de tareas de un tercer barco de recolección del crudo derramado.

"Vamos a tener que parar los preparativos para el 'Helix Producer'", indicó el almirante Thad Allen, que supervisa las operaciones en el Golfo, en referencia al buque que debía aumentar la capacidad de recuperación del crudo que se escapa del pozo averiado a 1.500 metros bajo el nivel del mar.

Diez semanas después de la explosión de la plataforma petrolera Deepwater Horizon de BP, que dio origen a la peor catástrofe ambiental de la historia de Estados Unidos, el vicepresidente Joe Biden debió oír los reclamos a su llegada a la costa del golfo, por la lentitud de la respuesta federal al desastre.

El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, le espetó: "No vimos aquí un solo barco tratando de recuperar este petróleo. Necesitamos tener un mayor sentido de la urgencia". "Hay que tratar esto como una guerra, pues lo es", agregó.

El vicepresidente Biden visitó el martes el centro de mando de las operaciones de limpieza en Nueva Orleans (Luisiana), antes de viajar a Florida, donde las autoridades se vieron forzadas a cerrar ciertas playas muy turísticas en pleno inicio de la temporada estival.

El Gobierno, por su parte, anunció que aceptará la oferta de 12 países para ayudar a limpiar y contener el petróleo derramado.

Estados Unidos aceptará "las ofertas de ayuda de 12 países y organismos internacionales, entre ellos dos deslizadores de alta velocidad y barreras de contención de Japón", señaló el organismo en un comunicado.

La catástrofe fue ocasionada por el hundimiento de la plataforma el 22 de abril y el consiguiente derrame de gigantescas dimensiones, que afecta las actividades pesqueras y turísticas, vitales para la región.

En la actualidad se recuperan 25.000 barriles de petróleo diarios, contra un estimado de entre 30.000 y 60.000 barriles/día que se vierten al golfo.